
Como podrán suponer, la Mimí NO vive a la intemperie, es un miembro más de la familia (aplicando la teoría Alfa de las manadas de lobos por supuesto), tiene su cama, su reposera, come comida alemana, va a la peluqiería, usa su propio shampoo, tiene más vacunas que yo en toda mi vida...Si bien siempre he sido bien recibido al llegar a mi propia casa, lejos la más feliz es la Mimí, se trastorna completamente y tengo que hacerle todo tipo de arrumacos y fiestas para que se calme, es mi compañera de paseo nocturno por las calles de mi barrio, donde disfrutamos de la naturaleza urbana, otros canes en paseo, anécdotas diarias, etc.
De sus cachorros, excentricidades y otras peripecias seguiremos hablando otro día...
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