29 julio, 2007

Cómo darle el bajo a unos camarones...



Bueno, parto informando que hablo de camarones nativos chilenos, especie modesta de la familia peroigualmente interesante y sabrosa. Este camarón vive en zonas húmedas (barro para los no entendidos) de la VII a la X regiones, con espacial acento en dos zonas: VII norte (San Carlos de Ñuble hasta el río Perquilauquén más alrededores de Chillán) y Nueva Imperial - Carahue en la IX costa.

Los requisitos indispensables para disfrutar de este manjar del barro son:

1. Camarones. Un ciento es suficiente para 4 personas.
2. Comensales bien dispuestos
3. Olla grande.
4. Vino blanco (recomiendo Riesling o Gewurstraminer).



Dejando de lado los aspectos culinarios (basta decir que la noche anterior se dejan remojando en leche entera, para que 'filtren' y puedan expresar todo su sabor, el hervido en olla con abundante agua con algo de sal y especias), el trabajo es arduo y requiere muchas ganas, una buena dosis de motricidad fina y también dejar de lado los remilgos, para comer con las manos, trozar y despresar con éstas, chupar y masticar el interior de los crustáceos.


Hay que contar entonces con dos tiestos, uno en que se traen los camarones de la olla, y el otro para depositar los restos (exoesqueletos para los más puristas). El vino, único acompañamiento posible, debe estar frío y bien dispuesto en las copas.



Sólo me queda agregar que con tan bien dispuestos comensales (Gonzalo, la Connie, mi Mamá, las niñitas -Javiera y Macarena- y mi Papá) fue fácil convertir el mastique en una grata velada.

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