No se si fue Diógenes de Sínope ó Bías de Priene quien pronunció esta cita clásica latina, pero es claro que, desde mi perspectiva cristiana, ratifica que desnudos llegamos al mundo y desnudos nos vamos de él.
Ayer, en pleno Sábado Santo, día de espera y recogimiento, en que el mundo cristiano espera la Pascua de Resurrección, fuimos en familia al cementerio Parque Santiago, donde se encuentra enterrado mi tío Pedro Gutiérrez Truan. Sorprendentemente, han pasado casi 9 años de su fallecimiento, muchas cosas han pasado y cambiado en estos años, de mis primos poco se, de mi tía menos, pero el recuerdo del tío Pedrín perdura como siempre.
Persona cariñosa, afable, con los años se fue poniendo más agrio e irritable (sería por la enfermedad?), pero los recuerdos son los buenos, los de su mejor etapa, en Catripulli, jugando canasta, en su depto. de Martín de Zamora, en las conversaciones de trasnoche, en los paseos por el campo de los abuelos.
Que Dios te tenga en tu seno, querido y recordado Pedro Gutiérrez Truan!!
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